¿Escarcha en la nevera? Aquí tienes el truco de la abuela para quitarla sin esfuerzo

No es raro ver cómo se forma una fina capa de escarcha en las paredes de tu frigorífico. No, este fenómeno no es tan inofensivo como podría pensarse. En realidad, esconde un problema subyacente más grave, que puede deberse a una junta frágil o a un fallo del aparato. El resultado puede ser el deterioro prematuro de los alimentos e incluso un aumento del consumo de energía. ¿Cómo evitar estos problemas? Hay algunas cosas que puedes hacer para prevenir la formación de escarcha.

¿Por qué se forma escarcha en el frigorífico?
Si la puerta de tu frigorífico no está bien cerrada o las baldas del interior están sobrecargadas, la escarcha aparecerá discretamente en las paredes. ¿Cómo se forma? Muy sencillo: si el aire no circula correctamente, el exceso de humedad se condensa y se convierte en hielo. Otra posibilidad es que se acumule escarcha cuando la junta de la puerta está demasiado desgastada o incluso si la temperatura interior está mal regulada por culpa de un termostato estropeado.

Sin embargo, antes de dejarse llevar por el pánico y planificar costosas reparaciones, puede intentar controlar la situación. Lo primero que hay que hacer es asegurarse de que la puerta del frigorífico cierra perfectamente cada vez que se abre. ¿Cómo puede estar realmente seguro? Con esta prueba rápida: prueba a meter una hoja de papel en la puerta y observa la reacción. Si se queda pegada, todo va bien, pero si se desliza demasiado rápido, es la prueba de que la junta está demasiado roma y que ha llegado el momento de cambiarla. También deberías acostumbrarte a mantener despejados los compartimentos del interior del frigorífico, para favorecer una mejor circulación del aire frío.

Un método eficaz para eliminar la escarcha
Si la capa de escarcha está bien incrustada, no dejes que el problema persista y actúa con rapidez. En primer lugar, apaga el frigorífico y vacíalo por completo. Para descongelar rápidamente, nada mejor que una solución sencilla y natural: prepara un pulverizador con una mezcla de agua y vinagre blanco (dos partes de agua y una de vinagre). A continuación, rocía generosamente sobre las paredes escarchadas. Te beneficiarás de una triple acción, ya que este producto común disolverá suavemente el hielo, neutralizará las bacterias y disipará los malos olores.

Otra opción es empapar una esponja en zumo de limón y aplicarlo directamente sobre las paredes. Su acidez derretirá poco a poco el hielo y dejará un aroma fresco en el interior del frigorífico. Pasados 15 minutos, limpia toda la zona con un paño limpio y seco.

Errores a evitar
Cuidado con los malos hábitos que pueden afectar al buen funcionamiento de tu electrodoméstico.

Descuidar la limpieza de las juntas de la puerta: cuando las juntas están muy sucias, desgastadas o dañadas, pueden comprometer la hermeticidad del frigorífico, provocando la entrada de aire caliente y favoreciendo la formación de escarcha. Límpialas a menudo y comprueba su estado con regularidad.
Introducir alimentos calientes: para ahorrar tiempo, algunas personas tienen la molesta costumbre de introducir directamente los alimentos calientes en el frigorífico. ¡Craso error! Corres el riesgo de aumentar la humedad en el interior del frigorífico y acelerar la formación de escarcha.
Olvidarse de descongelar regularmente: cuidado, dejar que la escarcha se acumule en las paredes sin tomar medidas puede reducir la eficiencia energética del aparato y acabar dañando el compresor a largo plazo.
¿Cómo evitar la aparición de escarcha en el frigorífico?
Para evitar que el problema se repita, acostúmbrate a guardar los alimentos de forma aireada y comprueba regularmente el estado de las juntas de las puertas. Una limpieza mensual con vinagre blanco o bicarbonato sódico también mantendrá tu frigorífico limpio y funcionando durante más tiempo. Sin embargo, si notas que aparece escarcha con demasiada frecuencia, puede ser señal de un problema más profundo. En ese caso, lo mejor es llamar a un técnico para que realice un diagnóstico más exhaustivo.

Una cosa es segura, realizando un mantenimiento regular y adoptando los reflejos adecuados, no sólo limitará la formación de escarcha, sino que también ahorrará energía y sus alimentos se conservarán en buen estado. Ni que decir tiene que un frigorífico bien mantenido es un electrodoméstico que dura más, consume menos electricidad y conserva mejor los alimentos.