¿Sal en el café? El truco real para bajar el amargor sin necesidad de azúcar

Una pizca de sal puede reducir tu percepción del amargor y acentuar el sabor del café. Te explicamos cómo aplicar este truco y cuándo es mejor evitarlo

Es posible que disfrutes de los sabores de un buen grano de café pero, a veces, ya sea por un error en la preparación o por la calidad, te encuentres con una taza demasiado amarga. Antes de resignarte a agregarle grandes cantidades de azúcar, podrías considerar añadirle una pizca de sal.

La idea de sumar sal al café puede sonar extraña, pero tiene una explicación. La sal no elimina el amargor, pero su contenido de sodio actúa sobre tu percepción, amplificando el dulzor y suprimiendo el sabor amargo. En otras palabras, la sal engaña a tu paladar para que no notes tanto el amargor.

Cómo aplicar el truco de la sal

Para que esta técnica funcione, debes cumplir con la regla de “menos es más”. El objetivo es reducir el amargor sin que el café sepa salado. Por este motivo, la cantidad necesaria es muy poca. Existen dos formas de ponerlo a prueba:

  • En el café molido (como medida preventiva): si usas un café de tueste muy oscuro o sabes que tu cafetera tiende a resaltar los sabores amargos, puedes añadir una pequeña pizca al café molido en el filtro antes de iniciar la preparación. La sal se disolverá y ayudará a equilibrar el sabor final.
  • Directo en la taza (para rescatar un café ya hecho): si has preparado una taza y está demasiado amarga, añade una pizca ínfima de sal (lo que puedas coger entre las yemas de dos dedos) y remueve bien. Vuelve a probar. El amargor debería haberse suavizado, permitiendo que otros matices del café salgan a la luz.

Si te excedes con la sal, el café sabrá salado y puede tener un sabor apagado, perdiendo sus matices ácidos y aromáticos. Empieza siempre con la menor cantidad posible y agrega más de a poco, solo en caso de que sea necesario.

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Cuándo usar este truco (y cuándo es mejor no hacerlo)

La sal debería ser una herramienta de corrección en casos puntuales, en lugar de una práctica cotidiana. Es ideal para rescatar un café que ha infusionado durante demasiado tiempo o para mejorar el sabor de cafés de tueste muy intenso o de menor calidad. También, puede suavizar la astringencia de un cold brew que ha quedado demasiado fuerte.

Sin embargo, no es recomendable usar este truco en cafés de especialidad de alta calidad y bien preparados. En estos casos, un cierto nivel de amargor forma parte del perfil de sabor deseado y añadir sal podría desequilibrar su armonía. Por otra parte, tampoco es aconsejable usarlo con frecuencia si sufres de presión alta o debes seguir una dieta baja en sodio.

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Consejos adicionales para prevenir el sabor amargo

Es importante recordar que la sal solo es un parche. La mejor forma de conseguir una taza equilibrada es controlar las variables de la preparación siguiendo estas recomendaciones:

  • Respeta los tiempos de extracción recomendados para tu cafetera.
  • No utilices agua hirviendo. La temperatura ideal es entre 90 °C y 96 °C.
  • Usa una molienda adecuada para tu método (más gruesa para prensa francesa y más fina para expreso).

El truco de la sal es una herramienta que puedes guardar en tu repertorio para sacarte de un apuro en más de una ocasión. No es algo que necesites hacer todos los días, pero es un recurso perfecto para experimentar y corregir esos pequeños errores que todos cometemos.

La próxima vez que prepares un café y te quede demasiado amargo, no lo tires. Añade dos granos de sal, revuelve y pruébalo. Te sorprenderá cómo algo tan simple puede transformar tu taza.