¡Qué terrible escenario cuando se produce un incendio! Nadie quiere imaginárselo, pero si ocurre, cada segundo cuenta. Una puerta cerrada desempeña un papel fundamental a la hora de frenar la propagación de las llamas y el humo. Los bomberos explican que este obstáculo puede retrasar considerablemente la llegada del calor a una habitación, dejando un tiempo valioso para reaccionar y evacuar con seguridad. Por el contrario, ¿una puerta abierta permitiría que las llamas se propagaran más rápidamente? ¿La consecuencia? Reduce enormemente las posibilidades de supervivencia. Por tanto, cerrar la puerta antes de irse a dormir puede ser un gesto que salve vidas.
Cerrar la puerta del dormitorio: la clave para un sueño profundo y sin interrupciones
Como todos sabemos, hasta el más mínimo ruido puede perturbar un sueño reparador. El tráfico en la calle, el goteo de un grifo o incluso una simple corriente de aire pueden bastar para despertar a un durmiente ligero. Al fin y al cabo, cerrar la puerta crea una burbuja de tranquilidad y limita la contaminación acústica exterior.
