¿Por qué tanta gente quema hojas de laurel en sus casas? Descubre 4 beneficios

Las hojas de laurel han atravesado los tiempos con un aura casi mística. Antaño corona de los vencedores griegos y romanos, hoy se utilizan para perfumar nuestros platos y en nuestros remedios naturales. Entre tradiciones esotéricas y beneficios científicamente investigados, este hábito bien podría ganarse un lugar en nuestros rituales de bienestar.

Los beneficios de quemar hojas de laurel
Puede que no lo sepa, pero antes de quedar relegado al fondo del armario como condimento, el laurel se utilizaba en los templos griegos por sus propiedades purificadoras. Hoy, la ciencia se pone al día con las antiguas creencias y confirma que quemar laurel libera compuestos beneficiosos para la salud.

Un purificador natural del aire
Quemar unas cuantas hojas de laurel en una habitación actúa como antiséptico natural. Sus aceites esenciales, ricos en cineol y linalol, tienen propiedades antibacterianas y antifúngicas. ¿Cuál es el resultado? El aire de la habitación se purifica y se libera de ciertas impurezas. Es suficiente para dar un poco de frescor a un interior cerrado, sin recurrir a ambientadores químicos.

Un eficaz antiestrés
El olor del laurel tiene algo de relajante. Y no es casualidad que su aceite esencial sea tan apreciado en aromaterapia. Al quemarse, las hojas liberan compuestos con efectos relajantes, que ayudan a reducir la ansiedad y la tensión nerviosa. El linalool también tiene propiedades sedantes, un componente clave del laurel. Un buen sustituto de una vela aromática después de un duro día de trabajo.

Ayuda a la concentración
Despídase de la niebla mental de las tardes de trabajo. Se dice que el humo del laurel estimula las funciones cognitivas al favorecer un estado de alerta relajado. Los antiguos griegos ya creían que el laurel despertaba la mente y fomentaba la inspiración, como atestiguaba el oráculo de Delfos, que masticaba sus hojas antes de profetizar. Hoy en día, los estudios sobre los beneficios de los terpenos en el cerebro se hacen eco de esta tradición.

Un remedio para las vías respiratorias
Resfriados, congestión, senos nasales obstruidos… El humo del laurel, gracias al cineol que contiene, ayuda a despejar las vías respiratorias y a calmar la inflamación. Un efecto similar a la inhalación de eucalipto, útil en invierno o para las alergias estacionales.

Cómo quemar hojas de laurel con seguridad
Adoptar este ritual requiere algunas precauciones. En primer lugar, elija hojas secas, ecológicas y sin pesticidas. Para quemarlas, elige un recipiente resistente al calor: un cuenco de cerámica, un plato de metal o incluso una concha de abulón, popular en los rituales de purificación.

Coloca una o dos hojas en el recipiente, enciende un extremo con una cerilla o un mechero y deja que ardan unos segundos antes de soplar suavemente para producir un humo ligero. Deje que el humo se disperse durante unos minutos y ventile la habitación para evitar una acumulación excesiva.

Precauciones y contraindicaciones
Aunque este ritual es natural, no es inocuo. El humo, aunque beneficioso, puede irritar las vías respiratorias sensibles. Las personas asmáticas o alérgicas deben evitar inhalar el humo directamente. Del mismo modo, mantenga siempre las hojas fuera del alcance de los niños y los animales domésticos. Y, por supuesto, nunca deje una hoja ardiendo sin vigilancia para evitar el riesgo de incendio.

En resumen, quemar hojas de laurel es algo sencillo de hacer, con multitud de beneficios. Desde la purificación del aire hasta la relajación y la estimulación mental, esta práctica milenaria podría convertirse en parte de su rutina de bienestar.