Al salir de la cama, entusiasmado con la perspectiva de una ducha estimulante, te encuentras con una desagradable sorpresa: cuando abres el grifo, el cabezal de la ducha sólo suelta un suave chorro de agua, justo cuando esperabas un chorro potente que te vigorizara. No hay duda, ¡la cal ha vuelto! Sin previo aviso, con el paso de los meses se ha acumulado y ha obstruido las tuberías. Además de reducir la presión, ¡estas antiestéticas marcas en tu equipo no son ningún error!
¿Qué puede hacer con estos depósitos de cal? No hace falta que saques tu parafernalia química. Aquí tienes algunos consejos naturales para aumentar la presión y conservar tu ducha.
¿Cómo detectar la cal en la alcachofa de la ducha?
Antes de empezar a limpiar, tienes que saber si tu ducha sufre realmente de cal. Un cabezal de ducha que pierde potencia o que difunde el agua de forma incontrolada es el primer indicio. Visualmente, la presencia de depósitos blanquecinos o amarillentos en la superficie es otro. Aún más insidiosa, la cal también puede cambiar la calidad del agua, haciéndola más áspera para la piel. Así que si observas uno o más de estos signos, ¡ya es hora de que hagas algo al respecto!
Vinagre blanco y bicarbonato sódico para limpiar la alcachofa de la ducha
No hay necesidad de escatimar ni de considerar opciones químicas: ¡tu cocina ya está llena de soluciones milagrosas! Empieza vertiendo vinagre blanco directamente sobre la superficie afectada y déjalo actuar durante al menos tres horas. Este potente desincrustante disolverá poco a poco los depósitos sin esfuerzo y sin riesgo para su equipo (pero tenga cuidado de no utilizarlo sobre mármol o piedra natural, ya que podría dañarlos). Una vez transcurrido el tiempo, aclara ligeramente con agua templada para eliminar cualquier residuo ácido y, a continuación, aplica bicarbonato de sodio y deja actuar otras tres horas (o frota ligeramente con una esponja húmeda para acelerar el proceso). En contra de la creencia popular, es mejor no mezclar los dos ingredientes a la vez, ya que su reacción espumosa neutraliza su eficacia y reduce la acción desincrustante del vinagre y la acción abrasiva del bicarbonato.
Limpieza en profundidad, paso a paso
¿Puedes desenroscar fácilmente la alcachofa de la ducha? Tanto mejor. Entonces sácala con cuidado y sumérgela directamente en la solución de vinagre. Déjala en remojo unos veinte minutos. El tiempo suficiente para que la fuerte acidez del vinagre disuelva los depósitos de cal. Para reforzar su acción, utiliza un cepillo de dientes viejo para frotar suavemente las zonas afectadas. A continuación, aclara bien el pomo con agua caliente antes de volver a colocarlo.
Si el pomo no se puede quitar, que no cunda el pánico. Un sencillo truco puede servir: llena una bolsa de plástico con la solución de vinagre y sujétala alrededor de la ducha con una goma elástica. Déjala en remojo el tiempo que necesites antes de aclararla.
Errores comunes que hay que evitar al desincrustar
Utilizar productos químicos agresivos: pueden dañar los materiales de la alcachofa de la ducha y perjudicar el medio ambiente.
No aclarar bien después de limpiar: los restos de vinagre o bicarbonato pueden corroer las superficies si no se eliminan correctamente. Así que tómese el tiempo necesario para enjuagar bien la alcachofa de la ducha.
Desenroscar sin el debido cuidado: corres el riesgo de dañar la rosca o provocar fugas.
Evitar la repetición: los reflejos adecuados
¡No espere a que su equipo esté atascado para ponerse manos a la obra! Si adoptas a diario los reflejos adecuados, podrás proteger tu equipo evitando este tipo de problemas. Después de cada uso, acostúmbrese a limpiar bien el pomo para limitar el impacto de los depósitos residuales. Y, cada mes, sumérjalo rápidamente en vinagre blanco para evitar la formación de incrustaciones. Si el agua de tu zona es muy dura, es buena idea invertir en un filtro antical para la ducha para minimizar los daños a largo plazo.
Si aplicas estos consejos naturales y asequibles, ¡ya no tendrás que preocuparte por los efectos dañinos de la cal! Ya no tendrás que preocuparte por ducharte: el chorro de agua será lo suficientemente potente y tus griferías estarán mejor protegidas contra cualquier obstrucción. Además, al evitar las soluciones químicas, también contribuirás a proteger el medio ambiente.
