La levadura en polvo no sólo sirve para hinchar pasteles. Este pequeño sobre que suele guardar en el armario de la cocina tiene un potencial insospechado para el mantenimiento del hogar. Gracias a su composición de bicarbonato sódico y un ácido, libera dióxido de carbono cuando entra en contacto con el agua u otro líquido ácido. Esta liberación de gas no sólo es útil para hacer subir las masas: también se puede utilizar para eliminar suciedad, manchas, desodorizar e incluso desatascar (además de otras aplicaciones de higiene y belleza). En definitiva, es un aliado poco conocido para una limpieza más ecológica y económica. Sin embargo, hay que saber cómo utilizarlo sabiamente en diferentes situaciones. He aquí un resumen de los usos domésticos de la levadura en polvo, desde el baño hasta la lavandería, pasando por la cocina y los desagües.
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Un desodorante natural para tejidos y superficies
La levadura en polvo neutraliza los olores persistentes gracias a sus propiedades absorbentes. Su eficacia se basa en el bicarbonato que contiene, capaz de captar las moléculas responsables de los malos olores. Para desodorizar una alfombra, un colchón o incluso un sofá, basta con espolvorear generosamente la superficie con levadura en polvo y dejarla actuar durante al menos una hora antes de pasar la aspiradora. Los resultados suelen ser sorprendentes, sobre todo si se repite la operación con regularidad.
La levadura en polvo también funciona del mismo modo en el frigorífico o en el cubo de la basura. Colocando un pequeño plato lleno de polvo, se puede limitar el desarrollo de olores desagradables sin tener que recurrir a desodorantes químicos. Esto es especialmente útil en hogares donde se quiere reducir la presencia de productos tóxicos.
Polvo de hornear
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Polvo de hornear para limpiar eficazmente las superficies sucias
El polvo de hornear también tiene propiedades ligeramente abrasivas, lo que lo hace valioso para limpiar ciertas superficies sin rayarlas. En la cocina, puede utilizarse para eliminar la grasa de las placas, el fondo de las ollas o el interior del horno. Mezcle un sobre de levadura en polvo con un poco de agua tibia para hacer una pasta que sólo tendrá que aplicar sobre las zonas a tratar. Después de unos minutos, frota con una esponja para eliminar la suciedad.
Este proceso también funciona muy bien en el cuarto de baño, especialmente para desincrustar lavabos y cabinas de ducha. Si se añaden unas gotas de vinagre blanco, el efecto es aún mayor. La espuma que se forma ayuda a disolver los restos de jabón, cal y pasta de dientes.
Un quitamanchas suave pero formidable para la ropa
La levadura en polvo es sorprendentemente eficaz para eliminar las manchas de la ropa. En concreto, puede neutralizar las manchas de sudor, vino y café gracias a su suave pero selectiva reacción química. Para ello, basta con espolvorear la levadura directamente sobre la mancha humedecida y frotar suavemente. Dejar actuar unos diez minutos antes de lavar normalmente.
Puede utilizarse como complemento de un detergente convencional, sobre todo en tejidos delicados en los que desee evitar los quitamanchas industriales. Los olores corporales incrustados en las fibras también se reducen con este método, dando a la ropa deportiva, por ejemplo, un agradable frescor. Si tus prendas son blancas, ¡también les dará un brillo radiante!
Un desatascador natural de desagües
Uno de los usos más conocidos, aunque a veces mal ejecutado, del polvo de hornear es el mantenimiento de desagües. Para desatascar un lavabo o una ducha que no desagua correctamente, puedes utilizar una reacción efervescente combinando levadura y vinagre blanco. Primero se vierte la levadura (normalmente dos sobres) y luego el vinagre, antes de tapar el agujero para concentrar la reacción. La espuma generada ayuda a deshacer los depósitos de grasa, jabón o pelo.
Al cabo de unos quince minutos, basta con aclarar con agua hirviendo para eliminar los residuos. Este tratamiento también puede realizarse de forma preventiva, una vez al mes, para mantener las tuberías limpias y evitar malos olores.
Truco para que la plata y las joyas brillen
El efecto espumante de la levadura en polvo también funciona en objetos deslustrados, especialmente en joyas de plata o cubertería oxidada. Preparando un baño de agua caliente con unos sobres de levadura en polvo y un poco de papel de aluminio, se crea una reacción electroquímica que permite que la plata recupere su brillo. Basta con sumergir los objetos durante unos minutos antes de enjuagarlos y secarlos con un paño suave. Este método, barato y seguro para los materiales delicados, es cada vez más popular entre quienes desean mantener el brillo de su plata.
