No corras riesgos: estos lugares donde todo el mundo se pone las zapatillas son muy arriesgados (sobrecalentamiento, cortocircuito, ¡incluso incendio!).

Uno ya casi no se fija en ellas. Colocadas en el suelo, escondidas detrás de los muebles o debajo de la cama, las regletas forman parte de la vida cotidiana. Permiten conectar fácilmente varios aparatos a una sola toma de corriente en una casa que consume cada vez más electricidad. Sin embargo, este objeto cotidiano puede convertirse en un verdadero peligro si se utiliza de forma inadecuada. Cortocircuitos, sobrecalentamiento, conatos de incendio… los bomberos lo repiten: la instalación incorrecta de una regleta es una de las causas más comunes de los incendios domésticos. El problema no es sólo la sobrecarga eléctrica, sino también su ubicación. Hay ciertos lugares que deben evitarse absolutamente para garantizar la seguridad del hogar. Aprender a identificarlos y seguir unas buenas prácticas significa poder seguir utilizando estos aparatos sin convertir la casa en una zona de riesgo.

También conviene recordar que no es posible conectar todos los aparatos sin riesgo.

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Detrás de una cortina o un mueble: un espacio cerrado que concentra el calor de la regleta.
Aunque parezca práctico o discreto, la instalación de una regleta detrás de una cortina o un mueble presenta un grave riesgo. Este tipo de ubicación impide que el aire circule correctamente alrededor del enchufe. Una regleta se calienta ligeramente cuando se utiliza para alimentar varios aparatos. Sin ventilación suficiente, la temperatura aumenta, provocando un peligroso sobrecalentamiento. Si además hay tela cerca, el riesgo de incendio es real. Una cortina de tela o un sofá pueden incendiarse en cuestión de segundos si la regleta se sobrecalienta. En este tipo de conexiones, la estética nunca debe primar sobre la seguridad.

Bajo la cama o el sofá: una trampa invisible e inflamable
Es muy tentador colocar una regleta debajo de la cama, sobre todo para alimentar una lámpara, un cargador o una luz de noche. Sin embargo, esta ubicación combina varios problemas. En primer lugar, la zona está poco ventilada y acumula calor con facilidad. En segundo lugar, las sábanas y los cuadros son materiales extremadamente inflamables. Una regleta que se caliente o sufra un cortocircuito en este lugar podría incendiar el colchón o el edredón en un instante. Además, estas zonas inaccesibles rara vez se limpian. Como consecuencia, se acumula polvo, lo que aumenta el riesgo de sobrecalentamiento.

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Crédito: iStock
En una habitación húmeda: una combinación potencialmente letal
Cocinas, baños, lavaderos… algunas estancias del hogar están expuestas a la humedad e incluso a salpicaduras de agua. Una regleta colocada en el suelo de estas estancias supone un verdadero peligro. El agua conduce la electricidad y el menor contacto con un enchufe o un cable puede provocar un cortocircuito. Incluso un simple nivel elevado de humedad acelera la oxidación de los contactos internos del enchufe, haciéndolo más frágil e inestable. En estos entornos, no coloque nunca una regleta en el suelo, ni cerca de un fregadero, una bañera o un aparato que pueda tener fugas. El riesgo de electrocución o incendio es muy real.

Debajo de una alfombra o cubierto con tela: la ilusión del almacenaje
Por razones de limpieza o estética, algunas personas cubren sus zapatillas con una alfombra, una tela o una caja decorativa. Esta idea, aparentemente inofensiva, impide en realidad que el calor escape correctamente. Sin ventilación, la temperatura sube rápidamente, dañando el plástico o fundiendo algunos componentes. El riesgo de incendio es muy alto, sobre todo si la cubierta es inflamable. Además, la cubierta de una regleta impide ver si un cable está dañado o mal conectado, lo que favorece los falsos contactos. En resumen, ocultar una regleta no la hace más segura, sino todo lo contrario.

Una regleta en un rincón polvoriento: un caldo de cultivo para los cortocircuitos
En un garaje, un sótano o detrás de muebles que se mueven poco, el polvo se acumula rápidamente alrededor de las regletas. Este polvo es altamente inflamable. El más mínimo sobrecalentamiento y una chispa pueden bastar para provocar un incendio. También puede penetrar en las ranuras de la regleta, provocando falsos contactos o perjudicando el funcionamiento de los dispositivos de seguridad. La regleta debe colocarse en una zona limpia y bien mantenida. Pasar la aspiradora a su alrededor con regularidad no está de más, sobre todo si hay varios aparatos conectados permanentemente a ella. La suciedad se convierte rápidamente en un factor agravante en caso de avería eléctrica.

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Enchufes en cascada: un error demasiado frecuente
Otro comportamiento peligroso es conectar varias tomas de corriente una encima de otra, porque no hay suficientes pres