Cultivar romero infinito con el método del agua: una guía completa
El romero, planta símbolo de la rusticidad y la fragancia mediterráneas, es un aliado indispensable en la cocina y un elegante ornamento para balcones y jardines. Su capacidad para adaptarse a climas áridos y prosperar con pocos cuidados la hace ideal para quienes desean iniciarse en la jardinería. Pero ¿sabía que puede multiplicarla infinitamente sin gastar un euro? Descubramos juntos cómo convertir una simple ramita en una planta exuberante, utilizando un método tan sencillo como revolucionario: la propagación en agua.
¿Por qué elegir el romero?
Perteneciente a la familia de las lamiáceas, el romero (Rosmarinus officinalis) es un arbusto perenne con hojas en forma de aguja y flores de color azul lila. Además de su uso culinario para aromatizar carnes, pescados y verduras, es rico en propiedades beneficiosas: antioxidante, antiinflamatorio y estimulante de la memoria. Cultivarla en casa significa tener siempre a mano un ingrediente fresco y un toque de verde resistente, incluso en condiciones adversas.
El secreto de la propagación en agua: paso a paso
La técnica de propagación por esquejes en agua está al alcance de todos, desde los principiantes hasta los más experimentados. He aquí cómo proceder de forma impecable:
Selección de las ramitas
Elija ramitas sanas y vigorosas, preferiblemente tomadas de una planta madre fuerte. Opte por brotes jóvenes (no leñosos) de unos 10-15 cm de longitud, libres de enfermedades o plagas. El momento ideal para tomar esquejes es la primavera o principios del verano, cuando la planta está en plena fase vegetativa.
Preparación de los esquejes
Utilice tijeras limpias y desinfectadas para evitar la contaminación. Haga un corte oblicuo en la base de la ramita, justo debajo de un nudo foliar (el punto a partir del cual se desarrollan las hojas). Retire las hojas de la parte inferior (3-5 cm), dejando intactas las hojas superiores para favorecer la fotosíntesis.
Inmersión en agua
Coloque las ramitas en un tarro de cristal transparente lleno de agua a temperatura ambiente. Lo ideal es utilizar agua de lluvia o filtrada, menos rica en cloro que el agua del grifo. Asegúrese de que sólo quede sumergida la parte sin hojas (unos 5 cm). Coloque el recipiente en un lugar luminoso, pero alejado de la luz solar directa, que podría sobrecalentar el agua.
Mantenimiento diario
Cambie el agua cada 2-3 días para evitar el estancamiento, causa frecuente de moho y bacterias. Enjuague suavemente las ramitas bajo el grifo para eliminar cualquier residuo. Si observas que las ramas se oscurecen o se ablandan, retíralas: son signos de podredumbre.
A la espera de las raíces
En 2-4 semanas, empezarán a formarse raicillas blancas desde la base de los esquejes. La velocidad depende de la temperatura ambiente (ideal 18-25°C) y de la luz. No se precipite: algunos esquejes pueden tardar más, ¡pero la paciencia se verá recompensada!
Trasplante en el suelo: cómo garantizar el éxito
Una vez que las raíces alcanzan una longitud de 3-5 cm, los esquejes están listos para el siguiente paso. Siga estos consejos para un trasplante sin estrés:
Elección del suelo: El romero prefiere un suelo ligero y drenante. Mezcla tierra universal con arena o perlita (en proporción 2:1) para evitar el estancamiento de agua.
Maceta adecuada: Opte por una maceta con agujeros de drenaje, preferiblemente de terracota, que absorba el exceso de humedad. Rellena la maceta con sustrato y haz un agujero en el centro.
Cuidado con las raíces: Coloca el esqueje con cuidado para no dañar las frágiles raíces. Compacta ligeramente la tierra y riega con moderación.
Entorno ideal: Coloque el esqueje en una zona soleada (al menos 6 horas de luz al día) y protegido del viento. Evite los cambios excesivos de temperatura.
