¿Tiene problemas de humedad en casa y busca una solución sencilla y gratuita? Hay un método que cualquiera puede utilizar para reducir la humedad utilizando materiales que ya están en su casa. Sigue leyendo y descubrirás cómo mejorar el aire de tu entorno sin gastar un céntimo.
¿Quieres un hogar más seco y acogedor? El exceso de humedad puede provocar moho, malos olores y problemas de salud, pero no necesitas caros deshumidificadores para solucionarlo. Con un poco de creatividad, puedes fabricar un deshumidificador con materiales recuperados, como botellas de plástico y sal gruesa. Este método no sólo es eficaz, sino que también es una forma ecológica de reutilizar objetos que ya tienes a mano. Descubre cómo funciona y mejora el aire de tu casa de forma natural y económica.
El método de la sal gorda: eficaz y económico
La idea de utilizar sal gorda para deshumidificar es una solución sencilla pero sorprendentemente eficaz. Este ingrediente habitual en la cocina tiene propiedades higroscópicas, lo que significa que puede absorber la humedad del aire.
Para crear tu deshumidificador, sólo necesitas una botella de plástico y sal gorda. Abre la botella, coloca la parte superior boca abajo en el fondo y llénala de sal. La sal retendrá la humedad, mientras que el agua recogida se hundirá hasta el fondo de la botella.
¿Por qué funciona tan bien? La sal gruesa es un material natural que atrae las moléculas de agua del ambiente. Este método es ideal para estancias como cuartos de baño, cocinas o sótanos donde tiende a acumularse la humedad. No olvides comprobar el recipiente con regularidad para vaciar el agua y sustituir la sal si es necesario. ¡Un poco de esfuerzo hace mucho!
Lo que necesitas
Sal gorda (también para cocinar)
Una botella de plástico o un recipiente similar (por ejemplo, envases de yogur vacíos)
Cuchillo o tijeras
Un trapo viejo o tela transpirable (opcional)
Una goma elástica (opcional)
Procedimiento
Prepara la botella:
Coge una botella de plástico vacía y córtale aproximadamente 1/3 de la parte superior.
Dale la vuelta a la parte superior e introdúcela como un embudo en la parte inferior (con el tapón desenroscado o con pequeños agujeros).
Añade la sal gorda:
Vierte una buena cantidad de sal gorda en la parte superior (el «embudo»).
La sal absorberá la humedad del aire.
Vuelve a colocar la botella:
Coloque la botella en un rincón del ambiente a deshumidificar.
Compruebe la sal con regularidad: cuando empiece a humedecerse o derretirse, sustitúyala.
Versión avanzada (opcional) :
Para evitar que la sal se derrame, cubra la parte superior de la botella con un paño transpirable (como un paño de cocina viejo) y fíjelo con una goma elástica.
Otros métodos gratuitos para reducir la humedad
Si la sal gorda no es suficiente o buscas soluciones adicionales, hay otros remedios naturales y gratuitos que puedes adoptar. En primer lugar, recuerda que una buena ventilación es clave. Abrir las ventanas al menos una vez al día ayuda a que circule el aire y a reducir la acumulación de humedad.
Otro truco es utilizar periódicos viejos: se pueden colocar en rincones húmedos para absorber el exceso de humedad. Las plantas antihumedad, como el pothos o el helecho de Boston, también son excelentes aliadas para mejorar el ambiente.
He aquí otras ideas:
Calefacción natural: aprovecha el sol para secar las habitaciones.
Vinagre blanco: coloca un vaso en los lugares más húmedos para neutralizar también los olores.
Estos pequeños trucos pueden marcar una gran diferencia sin coste alguno.
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