¿Está atascada la alcachofa de la ducha? ¡Este truco natural eliminará la cal en sólo 1 hora sin necesidad de fregar!

A menudo pasados por alto en el mantenimiento diario del cuarto de baño, los cabezales de ducha pueden convertirse en auténticos criaderos de cal. Como consecuencia del desgaste y el paso del agua dura, se acumulan depósitos minerales que obstruyen los pequeños orificios, reducen la presión del chorro y favorecen la proliferación de bacterias. La cal también embota el aspecto del metal o el plástico, haciendo que el equipo resulte menos atractivo. Sin embargo, no es necesario recurrir a productos químicos agresivos o caros para eliminarla eficazmente. Existen soluciones naturales, económicas y fáciles de usar para deshacerse de estos restos de cal tan resistentes, respetando al mismo tiempo el medio ambiente y las superficies. Pero hay que conocer los pasos adecuados, las mezclas que realmente funcionan y las precauciones que hay que tomar para no dañar los componentes del pomo. He aquí algunas técnicas de eficacia probada.

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Por qué la cal se deposita en los cabezales de ducha

La cal procede principalmente del agua dura, rica en calcio y magnesio. Cuando se evapora, deja residuos blancos visibles en las superficies. La alcachofa de la ducha, por la que cada día fluye esta agua caliente en finas gotas, es el lugar ideal para que se acumulen estos depósitos. Los orificios de la alcachofa de la ducha se van obstruyendo poco a poco, lo que altera el chorro de agua. Además, estos depósitos minerales favorecen la proliferación de microorganismos en un ambiente húmedo, lo que aumenta los riesgos para la higiene.

Por tanto, es esencial limpiar el cabezal de ducha con regularidad, no sólo para mantener un buen caudal, sino también para limitar la proliferación bacteriana. Afortunadamente, bastan soluciones naturales y suaves para devolverle su brillo y eficacia.

Pomo de ducha cromado sucio con cal

Créditos: iStock

El vinagre blanco: un aliado esencial

El vinagre blanco es sin duda el producto natural más eficaz contra la cal. Su acidez disuelve los depósitos minerales sin dañar los materiales, por lo que es una opción segura para la mayoría de los pomos, ya sean de plástico, acero inoxidable o cromo.

La técnica más sencilla consiste en llenar una bolsa de plástico con vinagre blanco y sumergir el pomo en ella. Basta con sujetar la bolsa con una goma elástica o un alambre fuerte, de modo que los pomos queden completamente sumergidos. Déjalo entre una y dos horas, dependiendo del grado de descamación. Una vez finalizado el remojo, basta con aclarar con agua limpia, seguido de un ligero cepillado con un cepillo de dientes viejo, para eliminar los últimos residuos. En el caso de los pomos extraíbles, también puedes desenroscarlos y dejarlos en remojo en un bol o barreño con vinagre puro o diluido, según su fragilidad.

Bicarbonato sódico para mejorar la acción

Como complemento del vinagre blanco, el bicarbonato sódico potencia el efecto desincrustante a la vez que actúa como un abrasivo suave. Puedes espolvorear ligeramente el bicarbonato sobre el pomo antes de verter el vinagre. La combinación de ambos productos es un método natural, no tóxico y formidable contra la cal, sin dañar el acabado ni su salud. La reacción efervescente que se produce a continuación ayuda a desprender los depósitos, incluso en las grietas.

Para zonas muy obstruidas, haz una pasta con bicarbonato y unas gotas de agua. Aplícala en las boquillas, déjala actuar unos 15 minutos y luego frota suavemente con un cepillo blando. A continuación, aclara con agua tibia.

Zumo de limón, una alternativa más suave

Menos conocido, el zumo de limón es otra opción interesante para combatir la cal. Su acidez natural disuelve los depósitos minerales a la vez que perfuma ligeramente el espacio. Es una alternativa ideal para las personas sensibles al olor del vinagre.

Empapa un paño limpio en zumo de limón fresco y luego envuelve el pomo en él. Déjelo al menos una hora. Para un efecto más intenso, puede añadir un poco de sal fina, que actuará como un suave exfoliante. A continuación, cepilla ligeramente y aclara con abundante agua. Este método es más lento que el vinagre, pero resulta útil para un mantenimiento frecuente o preventivo.

Pasos sencillos para evitar la acumulación de cal

Además de la limpieza ocasional, hay otras cosas que puede hacer para frenar la acumulación de cal en el cabezal de la ducha. Después de cada ducha, es aconsejable ventilar bien el cuarto de baño para limitar la humedad residual. Acuérdese también de limpiar regularmente el cabezal de ducha con un paño seco para eliminar las gotas que puedan dejar restos de cal al secarse.

También se puede instalar un descalcificador en las regiones muy calcáreas. Reduce la dureza del agua y prolonga la vida útil de todos los aparatos sanitarios, incluidos los cabezales de ducha propensos a la cal.

Por último, basta con un mantenimiento mensual con vinagre o zumo de limón.