Se podría pensar que un utensilio utilizado para limpiar huele bien, pero rara vez es así. El mejor ejemplo es la esponja, que puede desprender rápidamente un olor desagradable a pesar de utilizar un producto lavavajillas que huele divinamente y de utilizarla para limpiar platos que han contenido alimentos finos. De hecho, las bacterias que se instalan en ella y algunos residuos que no se han aclarado correctamente pueden ser la causa de estos olores. Entonces, ¿cómo conseguir una esponja fresca y desinfectada? Con este truco que implica el uso de limón.
Conviene saber: puedes meter la esponja en el lavavajillas para limpiarla, meterla en el microondas para matar las bacterias o utilizar percarbonato para devolverle la vida (o incluso sal).
Qué necesitas
Un limón
Agua tibia
Un recipiente
Una (o más) esponja maloliente
Pasos:
1) Vierte el agua caliente en un recipiente.
2) Exprime el limón para recoger el zumo y añádelo al agua caliente.
3) Sumerge la esponja en este baño durante toda la noche.
4) Al día siguiente, aclárala con agua limpia.
