Disfrute de una menta siempre fresca en su casa plantándola en un lugar inesperado pero ideal.
Conocida por su potente aroma y sus versátiles usos culinarios, la menta es una hierba muy popular, sobre todo en los meses de verano. Más allá de sus aplicaciones culinarias, la menta también se utiliza para otros fines, como refrescar el hogar y facilitar la limpieza. Por sus innumerables beneficios, como facilitar la digestión, refrescar el aliento y poseer propiedades antibacterianas, tener una provisión constante de menta a mano es muy valioso.
Aunque almacenar menta garantiza su disponibilidad, a menudo se marchita. En su lugar, piense en cultivarla usted mismo, ya sea en una maceta o en su jardín. La clave está en elegir un lugar específico con un suelo rico en nutrientes, esencial para favorecer plantas de menta sanas y prósperas.
Plantar menta: elegir el lugar adecuado
Plantar menta es un proceso sencillo, adecuado tanto para macetas como para arriates. Lo fundamental es elegir un lugar con tierra fértil que favorezca el crecimiento y el vigor de la planta.
Para cultivarla en maceta, consiga un recipiente de al menos 45 centímetros de diámetro dedicado exclusivamente a la menta. Para plantarla, opte por semillas o esquejes, siendo este último un método más rápido y sencillo. Empiece por enraizar el esqueje en agua antes de trasladarlo a la maceta. La primavera es la mejor época para empezar a cultivar menta.
Asegúrate de que la menta en maceta reciba mucho sol y mantén la tierra constantemente húmeda, lo que es especialmente crucial para las plantas jóvenes que son sensibles al estrés por sequía.
Para el cultivo en jardín, elija una zona espaciosa, bien drenada y enriquecida con tierra rica en nutrientes. De forma similar a la plantación en maceta, seleccione semillas o esquejes para plantar. Durante los periodos más fríos o húmedos, proteja las plantas de menta de exterior con láminas protectoras, aunque es aconsejable plantarlas en primavera con tiempo cálido.
La fertilización desempeña un papel fundamental en el crecimiento de la menta. Opte por abonos naturales como agua de cocción de verduras, posos de café, cáscaras de huevo o leche para alimentar sus plantas de menta y fomentar un crecimiento robusto.
