El óxido en los radiadores es un problema muy común, pero que nunca debe pasarse por alto.
Por desgracia, la condensación excesiva en baños y cocinas puede hacer que el agua se filtre por los bordes de los radiadores. El aire caliente choca con el aire frío y se transforma en vapor de agua, que corroe lentamente los radiadores.
Un signo claro de esta lenta degradación es el óxido, que a largo plazo puede comprometer el buen funcionamiento de los radiadores, así como su presentabilidad.
Pero no hace falta llamar a un profesional para eliminar el óxido. Puede hacerlo usted mismo. El óxido en los radiadores no es más que oxidación metálica, y en la despensa tienes todo lo que necesitas para erradicarlo.
¿Tienes curiosidad por saber cómo hacerlo? ¡Ponte manos a la obra!
Óxido en radiadores
¿Oxido en los radiadores? ¡Pruébalo con una cucharada de este ingrediente que siempre está en tu despensa!
Cuando el hierro o las aleaciones metálicas entran en contacto con el oxígeno del agua, se oxidan y aparece una pátina rojiza que va creciendo poco a poco hasta corroer la superficie: el óxido.
Para eliminarla, basta con una cucharada de vinagre, gracias a sus propiedades desengrasantes y limpiadoras.
Eso sí, antes de utilizarlo, limpia bien el radiador. Apágalo para evitar quemarte. Vierte agua caliente y jabón de Marsella en un cubo. Empapa un paño limpio, escúrrelo bien y empieza a quitar las manchas de polvo y suciedad.
Sécalo bien, luego coge una esponja y empápala en una solución de mitad agua y mitad vinagre. Ahora frota la zona comprometida, intentando eliminar el óxido. A continuación, cepilla la zona con cuidado.
El vinagre ablandará y disolverá los restos de hierro, tras lo cual podrás utilizar papel de lija para eliminarlos por completo. Limpia una última vez con un paño y seca bien.
Si lo prefieres, puedes verter la mezcla en un pulverizador y rociarla directamente sobre el radiador. Déjalo reposar durante 3 horas y quedará como nuevo.
